2016: El año en el que lo Social se terminó de sociabilizar

Como cada año por estas fechas, es tiempo de Navidad, de juntarnos con los nuestros, de anuncios televisivos emotivos, de excesos (siempre con moderación) y de… analizar (con listas o sin ellas) el transcurso de un 2016 que no ha dejado a nadie indiferente. En Social Media este curso hemos hablado de forma recurrente de los vaivenes de Twitter, de los cambios profundos en Instagram y de las salidas de tono en YouTube. ¿Qué podemos esperar de 2017? Quién sabe, conformémonos de momento con repasar lo sucedido en los últimos 12 meses.

Jack Dorsey no recordará 2016 con especial cariño. Básicamente porque los cimientos de un gigante que hasta hace poco tiempo parecía indestructible, se empiezan a tambalear. De momento, tras muchas idas y venidas, no han tenido más remedio que cerrar su plataforma audiovisual Vine.

Ya explicábamos en Solvetic como Dorsey (rescate de urgencia para intentar salvar una compañía sin rumbo), se ha visto obligado a cerrar una unidad a la que no han sabido sacar rentabilidad. Y es que, los generadores de contenidos han trasladado a su audiencia a otras plataformas (Instagram o YouTube) ya que Vine limitaba su proceso creativo y su acercamiento a las marcas comerciales.

Inevitablemente, en 2017 tendremos que estar atentos a si este anuncio es un pequeño bache en el camino o puede ser interpretado como un indicio preocupante. De momento, la red social ubicada en San Francisco ha reconocido una profunda crisis anunciando el despido del 9% de su plantilla tras publicar unas pérdidas de 93 millones en el último trimestre.

Durante 2016 en Solvetic no nos hemos cansado de explicar cómo Instagram (pieza clave del imperio Facebook) ha mudado su piel, ha abierto sus puertas a las marcas comerciales con campañas de pago y ha evolucionado sus funcionalidades (guerra abierta contra Snapchat).

El reto es sencillo a la par que ambicioso. Transformar una red estanca en un aglutinador de tendencias sociales, convirtiéndose en el eje comunicacional y de operaciones del usuario. Quizá las evoluciones más visibles hayan sido el cambio de su logo (mes de mayo) y su reinterpretación de la necesidad del usuario de compartir momentos cotidianos (Instagram Stories). Aunque el cambio de piel no ha tenido consecuencias directas (eso sí, mucho debate), la posibilidad que ofrece Instagram de compartir contenido tuneado y efímero, ha sido interpretado por los especialistas como una clara apuesta de Zuckerberg por acabar con una red social (Snapchat) que ha sido capaz de rechazar hasta en dos ocasiones la oferta de compra realizada por los rectores de Facebook ¿Amenaza real o ataque de furia?

Y para finalizar el año, sorpresa final. Instagram anuncia su inmersión en las retransmisiones en directo con su funcionalidad ‘Live Video’. Sin duda, este ha sido el año de Instagram. Su paso es firme y sostenible, presentando unos números contundentes. Su crecimiento se cifra en un 25 por ciento el pasado curso, llegando hasta los 500 millones de usuarios únicos mensuales.

Hagamos una excepción en YouTube y pasemos de lo global a lo local. En nuestro país cada día está más asentado en sociedad el término ‘influencer’ y si buscamos la equivalencia en YouTube, el ‘influencer’ se transforma en ‘youtuber’. Pues ya puestos nombres y apellidos, en este 2016 que está a punto de terminar, hemos comprobado como todavía nos encontramos con un entorno poblado por comunicadores adolescentes, con un tremendo potencial, pero poco profesionalizado.

De momento el marco legal de colaboración entre perfiles (todo ellos referentes en un target tan goloso como son los denominados ‘millenials’) y marcas comerciales es inexistente. Aunque existen libros blancos de buenas prácticas e indicios de regulación en el exterior, marcas y perfiles intentan configurar un escenario lógico donde el contenido siga siendo el rey.

A falta de un escenario regulado que está por llegar, en 2016 nos hemos posicionado (a favor o en contra) de J Pelirrojo. ‘Youtuber’ reconocido al que una marca comercial le canceló un contrato de colaboración tras realizar unas declaraciones donde se alegraba sobre la muerte de un torero.

No ha sido el único que se ha visto envuelto en polémica. Jorge Cremades, referente digital del gag costumbrista, se vio obligado a pedir perdón tras declarar que ‘hay más violaciones a hombres que a mujeres’. En este caso la pregunta que nos deberíamos hacer es si las declaraciones son intencionadas o simplemente una torpeza. ‘Que se hable de mí, aunque sea mal’.

El gran colofón anual ha sido sin ningún lugar a dudas el ‘Cara Anchoa Gate’. ‘Youtuber’, con mucha o poca gracia (según con la óptica que se mire), gasta una broma a un repartidor llamándole ‘cara anchoa’. ¿Consecuencia? Un tortazo que se ha convertido en viral, apareciendo casi al instante multitud de memes en formato imagen, gif o vídeo. El agredido (físicamente hablando), tras el revuelo desatado se ha visto obligado a cerrar su canal parcialmente (de momento).

En tiempos donde la sociedad se debate ente Cristiano Ronaldo y Messi ¿quién ha ganado el Balón de Oro en YouTube? La respuesta es sencilla y no nos tenemos que ir muy lejos, El Rubius (¿quién no lo conoce?). Aunque de lo que vamos a hablar transcurrió en Twitter, el famoso ‘youtuber’ español ha obtenido el mayor volumen de retuits de una sola publicación en esta red social a nivel… ¡¡mundial!! Os preguntaréis que contenía el famoso tweet. Una sola palabra, ‘Limonada’ (1.389.737 retweets)

Lo dicho, Twitter siembra dudas, Instagram pisa fuerte y YouTube entra en debate editorial. Pero ante incertidumbre, en Solvetic siempre vemos el vaso medio lleno. 2016 será recordado como el año donde Leonardo DiCaprio ganó por fin su primer Óscar. Parafraseando al gran Leonardo, ‘no demos por hecho este planeta, yo no doy por hecho este artículo'