Los amantes de la música llevábamos tiempo preocupados por una escena cuyo modelo de negocio parecía insostenible en manos de una amenaza cada día más visible llamada piratería. ‘Malos tiempos para la lírica’ cantaban Golpes Bajos… Pues aunque parezca mentira el mundo de la música resurge y una industria en constante duda de identidad registra por primera vez unos datos de ventas sólidos. ¿La fórmula? Streaming y vinilos.
Por inesperado no deja de ser real, muy real. Y es que, aunque un reducto de coleccionista han conseguido mantener durante décadas este formato casi extinto, las ventas de vinilos se han disparado durante estos últimos dos años. Si hablamos de precio, podemos observar como el vinilo se ha convertido en un producto caro respecto a otros formatos. Alejándonos de las ofertas y piezas exclusivas de coleccionista, el precio medio de un vinilo ronda entre los 20 y los 30 euros.
Caro o barato, es un producto que se vende, y cada día más. Si hay un barómetro fiable para medir el repunto de un producto, ese sin duda es Amazon (uno de los líderes en el comercio electrónico a nivel mundial). El portal en la actualidad ofrece un catálogo de 1,3 millones de discos, ofreciendo a los usuarios de los principales países una sección específica de compra de vinilos. Según datos aportados por Amazon, en los últimos tres años se ha registrado un incremento de ventas del 80%.
Más datos de interés. Las ventas en Reino Unido (uno de los principales industrias musicales) se dispararon el año pasado, con más de 3,2 millones de discos vendidos, un aumento del 53% respecto al año anterior. ¿Y en Estados Unidos? El crecimiento de ventas se cifra en un considerable 26%.
Pero no nos tenemos que ir muy lejos para dar pruebas de que la industria de la venta de vinilos ha resucitado en los últimos años. Según los datos facilitados por Promusicae (asociación que agrupa a productoras y distribuidores) en el último año se vendieron en España 260.000 discos.
Aunque los especialistas de la industria clasifican al vinilo como el formato ideal para usuarios que quieren comprar contenido de artistas de toda la vida y el streaming como lanzadera de nuevos artistas (consumo rápido), se puede observar como existe una tendencia creciente en la que artistas de nuevo cuño y estrellas a nivel mundial cuidan con mimo el producto final que ofrecen a sus seguidores (ediciones limitadas).
Llegados a este punto, muchos especialistas lanzan teorías sobre el sorprendente resurgir de una formato extinto y que a nivel técnico (calidad de sonido y adaptabilidad) no mejora a otras alternativas de consumo. Aunque si bien es cierto que la sensación de posesión de bienes de culto es difícil de explicar, sí que es más sencillo comprender como la industria de la música ha decidido integrar su negocio de venta en busca de mayor diversificación.
De momento las perspectivas de crecimiento son alentadoras, un producto basado en la nostalgia que ha conseguido combatir la piratería ofreciendo al usuario un producto final que apetece tener y conservar. Pero ante la piratería, confianzas las justas. Ya se puede observar la venta de productos ‘no oficiales’ (denominados ‘Bootleg’) en plataformas tan consolidadas en el sector como Discogs.
¿Ejemplos? Oficialmente Frank Ocean no ha lanzado ningún trabajo en formato vinilo. ¿Seguro? No hay que buscar mucho para encontrar copias piratas de muy buena calidad y a un precio bastante asequible. ¿Diferencia entre una versión ‘bootleg’ y una versión oficial? Precio y acabado del producto final (letras impresas o códigos de descarga digitales).
¿Por qué hacer elegir al usuario por un formato u otro cuando puedo ganar más dinero vendiéndole todo? Sin duda, un movimiento inteligente dado por distribuidoras y plataformas de venta.
Centrémonos de nuevo en Amazon y en su plataforma de venta de discos de Vinilo. La empresa liderada por Jeff Bezos ha intentado solucionar el problema de adaptabilidad que tiene de base el formato vinilo, poniendo a disposición del usuario el servicio AutoRip (solo disponible para determinados productos). ¿En qué consiste exactamente? Amazon lo explica en tres sencillos pasos:
1. Compra cualquier vinilo o CD con el distintivo AutoRip
2. Consigue automáticamente la versión digital
3. Escúchalo estés donde estés a través de Amazon Music.
Por otro lado, múltiples distribuidoras copian estén modelo, pero en este caso incluyendo en el interior del producto (vinilo) un código de descarga para que el usuario pueda tener una versión digital lista para escuchar en cualquier parte.
Lo que está ocurriendo con el formato CD es el anverso del repunte del formato vinilo. De producto estrella (los reyes de cualquier estantería de principios de siglo), a juguete roto que progresivamente ha desaparecido de las tiendas. Para explicar esta caída en picado, centrémonos en España. Hace 10 años, se cifraban las ventas de este formato en 40 millones de unidades. En la actualidad esa cifra ha disminuido a tan solo… ¡¡11,6 millones!!.
Muchas teorías hay encima de la mesa, pero quizá los dos grandes culpables de tan agónica desaparición hayan sido la piratería y el streaming. Y es que, a estos dos grandes actores, hay que sumar que estratégicamente el CD en la actualidad no mejora ni complementa a ningún formato. Carece de personalidad y sentimiento nostálgico (vinilos) y no mejora en calidad de sonido a las plataformas de streaming.
Y a todo lo anteriormente explicado, sumemos algo más. En la actualidad, artistas de talla mundial se han visto obligados a reciclarse y buscar nuevas fórmulas para obtener ingresos en un contexto tambaleante. Ya no nos resulta extraña la firma de acuerdos exclusivos con plataformas de streaming. Si Beyoncé o Kanye Weste lanzaron en exclusiva sus últimos trabajos en Tidal (el aclamado ‘Life of Pablo’ de West solo se puede adquirir en formato digital o como hemos explicado anteriormente, en formato “bootleg”), el esperadísimo último disco del enigmático Frank Ocean (Blonde) tan solo se puede adquirir a través de Apple Music.
No, este artículo no es ninguna broma. Todo lo expuesto aquí es cierto. Y no es menos cierto que si las ventas de vinilos se disparan, ese movimiento vintage y coleccionista, ha ayudado a que las cintas de cassette vuelvan a estar en boga en la industria musical.
No hace mucho saltaba la noticia que la última fábrica (NAC) que se dedicaba en exclusiva a la fabricación de cintas de cassette no es que no fuera a cerrar, es que cada vez vendía más y más. Con una producción estimada de 10 millones de unidades al año, la empresa situada en Missouri facturó 5 millones de dólares en 2015 por la venta de cassettes; de los cuales el 70% proviene de acuerdos con bandas independientes, sellos y compañías, como Universal y Sony.
En definitiva, sorprende como una industria que se tambaleaba por el mundo de la piratería ha conseguido salir a flote buscando sinergias entre el futuro (streaming) y el pasado (vinilos y cintas de cassettes). Y es que el ser humano, a veces es así de maravilloso, actúa por impulsos, sin un patón lógico establecido.
2 Comentarios
Marcos Riera
ene 17 2017 00:28
JART
ene 19 2017 12:04
¿ Como comparar el encanto de las motos Europeas de hace 40/50 años con las actuales?
Aquí sucede lo mismo. El vinilo tiene un no se qué especial que a los amantes de la música nos fascina. Guardamos nuestros disco de vinilo y buscamos los que quisiéramos tener como posesos.
El CD es otra cosa, tiene más calidad, prácticamente con un mínimo cuidado no se estropean nunca, pero no es lo mismo, lo digo como lo siente. Buen trabajo Vicente.