El año de Nintendo, de Pokémon a los 8 bits con la NES

A día de hoy, hay muy pocas cosas en las que una gran mayoría puedan estar de acuerdo. Una de ellas, es que 2016 ha sido el año de Nintendo. Cuando todavía los paisajes de nuestras ciudades se siguen reformulando a través de la realidad aumentada (Pokémon Go), la compañía nipona presidida por Tatsumi Kimishima, cierra el año con el esperadísimo relanzamiento de la histórica NES (Nintendo Classic Mini para ser más exactos).

 

Nintendo, desde que Sony (no confundir con Sonic, ¿chiste fácil?) y Microsoft decidieron irrumpir (por la puerta grande) en el mundo de las consolas, se dio cuenta de que sus productos no podían ni debían (de momento) competir contra adversarios con apuestas tan claras por adentrarse en el futuro. El bipartidismo Sega – Nintendo de los años 80 y 90 era ya historia.

 

 

Tras sus fallidos intentos de mantenerse como primera opción en los hogares (Nintendo Game Cube), en 2006 volvía a romper el mercado con el lanzamiento de la Wii, una consola de séptima generación enfocada en un concepto más familiar y no tanto en un target gamer.

 

Nietzsche dijo en su día que “al que le apetezca la gloria debe despedirse a tiempo del honor y dominar el arte difícil de irse en el momento oportuno”. Mientras que Microsoft y Sony han ido reforzando su poder día a día, actualización tras actualización (la tecnología VR ha venido para quedarse), Nintendo casi sin querer ha vuelto a la palestra apostando por uno de los sentimientos más puros de cada uno de nosotros. La nostalgia…

 

La Wikipedia describe la nostalgia como algo que “se puede asociar a menudo con una memoria cariñosa de la niñez, un ser querido, un lugar, un juego o un objeto personal estimado…” ¡Eureka!

 

 

Mientras que el mundo Pokémon 20 años después de su aparición muta en realidad aumentada, ahora le toca el turno a la NES, redescubriendo grandes clásicos en tamaño Mini.

 

Pregunta, ¿la nostalgia es rentable? El valor bursátil de Nintendo desde el pasado 6 de julio se ha revalorizado un 120% (pasando de valer 17.300 millones de euros a 38.350 millones de euros)[color=#c0504d].[/color]

 

 

 

 

Antes de empezar a analizar, hagamos algo de memoria para explicar por qué Nintendo ha decidido apostar por reeditar la NES y no otras versiones posteriores con tanto o mayor peso como la Súper Nintendo. Allá por mediados de los 80 salía al mercado la Nintendo Entertainment System (NES), videoconsola de 8 bits perteneciente a la tercera generación en la industria del videojuego. ¿Y por qué todos los que tenemos cierta edad recordamos con tanta viveza este producto?

 

Para muchos, la NES es recordada como la primera opción del mercado de aquella época, la más exitosa de aquel momento, un producto que sin ningún lugar a dudas contribuyó directamente a relanzar una industria que estaba viviendo una etapa de colapso financiero. Y es que además, muchos especialistas consideran que Nintendo estableció el estándar para modelos, accesorios y diseño de videojuegos, además de asentar un modelo de negocio basado en la licencia de software para desarrolladores third party. Casi nada.

 

Luego llegarían los coloridos años 90 y la NES empezó a desaparecer progresivamente de nuestros hogares en detrimento de las versiones de 16 bits (Mega Drive y Súper Nintendo). Pero el poso había quedado, la primera piedra ya quedaba fijada… ¿para siempre?

 

 

 

 

Pero, ¿qué nos vamos a encontrar a partir del 11 de noviembre (fecha oficial de lanzamiento) por 59,95 €? Profundicemos:

 

 

 

 

 

 

Aunque ya habrá tiempo de analizar el funcionamiento de la nueva consola retro de la marca nipona en cuanto a ventas, de momento Internet ya se pregunta dónde poder adquirirla en pre-venta antes de la fecha oficial prevista (11 de noviembre).

 

La cadena de videojuegos Game sacó en exclusiva en España unas pocas unidades en pre-venta el pasado verano y en escasas horas las mismas se agotaron. Fuentes consultadas de la cadena británica afirman que Nintendo prepara un lanzamiento selectivo, sacando a la venta pocas unidades de forma progresiva. Como aprovecharse de la nostalgia para construir un hype.