Una de las primera causas es por la expectativa que se genera en torno al nuevo líder, sin embargo la organización no está diseñada para dar el apoyo requerido a este o simplemente quien está llegando nuevo a una posición de liderazgo aún no cuenta con las herramientas personales y de inspiración que le pueden llevar al éxito.
Veamos algunas de las razones que debemos revisar que pueden hacer que un líder falle:
Si le pedimos a un pez que conduzca un coche probablemente eso no suceda, lo mismo sucede con las expectativas, si colocamos las incorrectas de nuestros recursos vamos a terminar frustrando a todo el mundo y perdiendo nuestro empleo.
Este es uno de los problemas más comunes, un líder que no sabe que debe esperar o que tal vez coloca expectativas incorrectas sobre su equipo o sobre algunos miembros del mismo, esto va desmoralizando al equipo hasta que al final dejan al líder solo y con un gran fracaso.
Si bien un líder está en una posición privilegiada para hacer valer su opinión, este debe escuchar claramente lo que expresan sus subordinados, ya sea cuando le hablan de forma directa, pero también los mensajes indirectos.
Un líder que no escucha a su equipo está destinado a fracasar más temprano que tarde, ya que los pequeños matices son los que nos dan la posibilidad de entender la situación y con ello salir con las respuestas adecuadas.
Como vemos ser líder requiere muchas cosas que tal vez no habíamos tomado en cuenta, si revisamos todas estas razones y las incorporamos en nuestro análisis podremos ver el porqué de nuestros fracasos en puestos de liderazgo de equipos.
Veamos algunas de las razones que debemos revisar que pueden hacer que un líder falle:
Problemas de confianza
Hay una expresión muy válida que puede resumir esta razón, todo en exceso hace daño, en este caso la falta excesiva de confianza o el exceso de la misma puede llevar a cometer errores que nos harán perder la confianza de quienes lideramos, por ejemplo si nos falta confianza y actuamos de forma temerosa no le daremos un ejemplo y una seguridad a nuestro equipo. En cambio sí estamos con un exceso de confianza tal vez nos vean como arrogantes y también perdamos la confianza del equipo, haciendo que el rendimiento caiga a pique.
No saber que esperar
Si le pedimos a un pez que conduzca un coche probablemente eso no suceda, lo mismo sucede con las expectativas, si colocamos las incorrectas de nuestros recursos vamos a terminar frustrando a todo el mundo y perdiendo nuestro empleo.
Este es uno de los problemas más comunes, un líder que no sabe que debe esperar o que tal vez coloca expectativas incorrectas sobre su equipo o sobre algunos miembros del mismo, esto va desmoralizando al equipo hasta que al final dejan al líder solo y con un gran fracaso.
No establecer relaciones de confianza
Cuando se nos da la oportunidad de ser líderes debemos ir más allá y en ese momento, debemos construir relaciones personales, que involucren al resto de nuestro equipo, pequeños detalles de confianza que hacen que todos trabajen en un ambiente armonioso, ya que de lo contrario tendremos casos donde entre los mismos miembros del equipo se tienden trampas o no hay suficiente confianza con el líder para expresar los problemas a tiempo.
No escuchar
Si bien un líder está en una posición privilegiada para hacer valer su opinión, este debe escuchar claramente lo que expresan sus subordinados, ya sea cuando le hablan de forma directa, pero también los mensajes indirectos.
Un líder que no escucha a su equipo está destinado a fracasar más temprano que tarde, ya que los pequeños matices son los que nos dan la posibilidad de entender la situación y con ello salir con las respuestas adecuadas.
Como vemos ser líder requiere muchas cosas que tal vez no habíamos tomado en cuenta, si revisamos todas estas razones y las incorporamos en nuestro análisis podremos ver el porqué de nuestros fracasos en puestos de liderazgo de equipos.
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