Entonces surgieron los primeros rumores de Windows 8 y la llamada interfaz Metro, la idea de Microsoft era integrar un entorno amigable para los ambientes táctiles y llevar su sistema operativo a un nuevo nivel; esto parecía una tarea titánica luego de Windows 7 pero se les dio el beneficio de la duda.
Al llegar el lanzamiento de Windows 8 finalmente fueron reveladas todas la nuevas características pero hubo un detalle, que pasa con los ambientes de escritorio sin pantalla táctil, donde estaba el botón de inicio y el menú; con ello empezó a correrse la noticia entre usuarios que Windows 8 no es una buena opción y se podía resumir con una sola frase: Quédense con Windows 7. Esto causó alarmas en Microsoft ya que la tasa de migración hacia su nuevo sistema operativo fue muy baja. Escuchando las críticas de los usuarios se logró algo increíble, anunciaron que habría cambios sustanciales en el primer “Service Pack” que al final terminaron denominando Windows 8.1.
Muchos usuarios no estaban satisfechos con la interfaz Metro ya que al ser enfocada a un entorno táctil en nuestras máquinas de siempre, es muy difícil obtener una buena experiencia de usuario; claro también hubo una facción que siempre se resiste al cambio, pero esta vez muchos tenían razón con las críticas.
¿Solucionados los problemas?
Windows 8.1 efectivamente hizo que regresara el botón de inicio, pero no de la manera en que lo conocemos, sin embargo, también tenemos una opción más directa para iniciar con un escritorio similar al escritorio clásico de toda la vida.
Luego de estos cambios que eran unas de las mayores críticas, muchos usuarios aún quedan decepcionados ya que sigue siendo una nueva interfaz, la interfaz clásica no parece estar en los planes de Microsoft para esta generación de su sistema operativo.
La generación táctil sigue en aumento, de hecho cada vez tenemos más laptops por debajo de los 400$/€ con pantalla táctil, por lo que la adopción de estas nuevas interfaces cada vez podrá ir siendo más natural, además que Microsoft quiere lograr la unificación de todos sus ecosistemas bajo un mismo aspecto con su Xbox One y los Windows Phone en alianza con Nokia.
Pulsa en la imágen para agrandarla
Conclusión
Medir Windows 8.1 como un éxito o un fracaso realmente es algo bastante complicado, como toda innovación la primera generación nunca es perfecta, además Microsoft ha marcado un rumbo de modernización y adaptación a los nuevos tiempos.
Lo único que tal vez no deberíamos hacer es menospreciar el esfuerzo de Microsoft por querer reinventarse y tener esperanza que aprendan de las críticas y los errores que han tenido, en caso que aún no se ajusten a nuestras exigencias siempre tendremos OSX de Apple o las diferentes distribuciones Linux como Ubuntu o Mint que han hecho grandes avances en interfaces de usuarios.
0 Comentarios