Si estás emprendiendo y vas a realizar elevator pitch o quieres ser un especialista en Marketing esta guía sobre el Modelo Splendor te va a servir para mejorar tus técnicas para conseguir tus objetivos a la hora de transmitirlo. Ya se realizó un avance de esto. Con esta guia, nos centramos y entramos de lleno en el modelo Splendor.
"Modelo Splendor", su nombre se refiere a herramientas que sirven para crear y juzgar mensajes persuasivos: señal, promesa, logro, evidencia, noción, diferencia, oportunidad y recompensa. Este modelo puede aplicarse tanto a la ejecución creativa, como a la elaboración de briefings de campañas o proyectos.
Vamos a definir cada una de las herramientas:
Cualquier anuncio debe conseguir llamar la atención de su público objetivo. La señal actúa en el plano subliminal, es decir, en el inconsciente. Consigue que el receptor se dé por aludido de forma inmediata.
Los elementos de una señal deben ser percibidos a primera vista. En los anuncios son el titular y la imágen principal.
Vamos a explicar algunas vías, que nos servirán para identificar estímulos subliminales potencialmente relevantes:
Ej.: si nuestro público objetivo son “jóvenes futbolistas”, incluiremos ese texto en el titular del mensaje.
También ayuda incluir imágenes con las que el público objetivo se identifique.
Para realizar un buen mensaje hay que tener imaginación e inventiva, pero siempre con disciplina. Hay que ser a la vez simple, ¡rápido y penetrante, pero siempre hazlo desde el conocimiento y pensando en las necesidades del consumidor, para atraer a las personas y conseguir la venta.
Cuando nos disponemos a comprar algún servicio o producto tenemos:
- Por un lado, la parte de pensamiento y reflexión.
- Por otro lado, la parte inconsciente.
Comprendiendo esto, nos resultará más fácil realizar mensajes persuasivos.
La comprensión comienza con la familiarización de la promesa, es un submensaje, que le transmite al público la satisfacción que tendrán a la hora de adquirir el producto o servicio.
La promesa es el alma de un mensaje persuasivo. Un anuncio tiene que conectar con el alma de su receptor, donde se encuentran los deseos y sueños sobre lo que le gustaría ser y querría tener. Para saber qué emoción humana servirá de alma para un mensaje, debemos conocer al público objetivo. Si intentamos atraer con el mismo anuncio a dos tipos de públicos distintos, lo que conseguiremos es que al final ningún público se va a sentir realmente identificado y ese anuncio fracasará.
El público objetivo puede ser muy variado, pero pueden compartir una emoción, es decir, una promesa. Para realizar una gran promesa, tenemos que hacer microsegmentos del público objetivo, que compartan la misma emoción y hacer toda la creatividad pensando en ese grupo. Un mensaje aunque vaya dirigido a un microsegmento, puede producir un gran volumen de respuesta, porque al final las personas podemos tener una pequeña faceta en nuestra vida que pertenezca a ese microsegmento y por tanto nos vamos a sentir identificadas con el anuncio.
Ej.: un anuncio dirigido a personas con sobrepeso. Muchas personas aunque no tengan sobrepeso, hay en momentos de su vida que han cogido unos kilos de más que quieren perder.
Nos referimos al sentido práctico y objetivos alcanzables.
El logro es un conjunto de beneficios tanto racionales como emocionales, que se activan a través de catalizadores que buscan responder que conseguirá hacer el producto o servicio por la persona que lo adquiera. Los beneficios, son los elementos básicos que constituyen el mensaje y debemos conseguir que sean lo más grandes, imaginables y creíbles posibles, para conseguir que el mensaje sea persuasivo.
Los catalizadores son recursos capaces de generar confianza entre el emisor y el receptor que favorece la reacción que muestra el receptor al mensaje y por tanto ayuda a la acción persuasiva de los beneficios.
Tenemos que utilizar catalizadores que nos sirvan para conseguir que un beneficio se convierta en un logro. Hay cuatro tipos principales:
Nos tenemos que preguntar, qué estados de ánimo van asociados al problema o necesidad que tenemos antes de adquirir el producto. Y cuáles son los estados de ánimo que vamos tener después de cubrir ese problema o necesidad por haber adquirido el producto o servicio.
Pueden actuar como catalizadores palabras, imágenes y audiovisuales.
Los cuatro catalizadores que hemos visto, combinan entre sí y por tanto a veces aparecen juntos, pero no es necesario que siempre estén los cuatro. Dependiendo de la escritura utilizaremos unos u otros.
Nos referimos a todos los recursos que empleamos para que la información que transmitimos sea creíble. No es necesario que el mensaje sea cierto, sino que de la sensación de que lo es.
Hay muchos tipos de evidencias, algunas de ellos son:
Ej.: personas ajenas a la marca que hablan sobre ella, encuestas, estadísticas, etc.
La información que puede servir como evidencia, debe poder utilizarse como demostración de lo que queremos transmitir en nuestro mensaje. Ej.: conocimientos científicos, datos económicos, cambios en la normativa, etc.
Las evidencias visuales o audiovisuales pueden ser:
- 1. Demostración singular:
Demostraciones de usos y resultados de los productos y servicios a través de imágenes.
- 2. Comparación:
Imágenes que muestran el antes y el después
Imágenes que muestran la diferencia con otros productos o procedimientos.
En cualquiera de los dos grupos, para que la comparación sea efectiva deben tener:
Realismo: imagen natural, identificable y fácil de entender.
Funcionalidad: imagen explícita
Medida: mejor quedarse corto que exagerar.
Credibilidad: alguna técnica que demuestre al público objetivo el resultado del tratamiento.
Los testimonios tienen un carácter personal y proceden de una experiencia individual que se expresa en primera persona.
Responde a la cuestión “Qué” sobre las ideas del producto o servicio.
Dos tipos de “Qué”
La noción responde a las preguntas
- Las relacionadas con la marca.
- Las relacionadas con el uso y consumo.
- “Cuándo termina”. Ej.: la oferta
- “Cuándo actúa”. Ej.: un medicamento actúa al transcurrir x horas desde haberlo ingerido.
Su labor es hacer el producto o servicio interesante, atractivo y distinto respecto a su competencia. Que parezca mejor que los demás para que el usuario lo prefiera. La palabra “mejor” muchas veces no quiere decir de mayor calidad, sino que es de preferencia relativa.
Vamos a distinguir la preferencia relativa de la preferencia absoluta con un ejemplo: por su gusto muchas personas elegirían un bolso Carolina Herrera que es un tejido muy bueno (preferencia absoluta), pero optan por uno de zara que no es de tan buena calidad por es más barato (preferencia relativa).
La diferencia nos sirve para evitar la compra genérica, es decir, evitar el hecho de producirse como respuesta a un esfuerzo de venta, la compra o servicio de un producto igual o similar al que se vendía, pero de la competencia. Ej.: alguien va a una tienda a preguntar las características de algún producto y el dependiente le explica toda la información, pero luego realiza la compra por internet en otra tienda porque es más barato.
Hay diversos procedimientos para construir la diferencia, se extrae de:
Del producto o servicio
Por ejemplo un bolso Dior, si le quitas la marca aunque el bolso sea el mismo deja de tener el mismo caché.
Pero si la marca tiene poco prestigio. Tendremos basarnos en otro aspecto del producto para realizar la diferencia.
En un mismo anuncio podemos establecer varias “diferencias”.
Con esta diferencia no podremos decir que somos “el único” pero podemos conseguir excelentes resultados.
Del anunciante
El prestigio de una tienda, puede ser determinante al actuar como diferencia.
Del público actual
El mensaje personal de un usuario o consumidor que represente adecuadamente un grupo social a imitar, puede actuar a la vez como prueba objetiva de argumentos (evidencia) y como elemento de distinción capaz de generar inclinación (diferencia).
La realidad de los hechos, será la que nos haga elegir un tipo u otro de diferencia o la combinación de varios.
Es el conjunto de contenidos que sirven para vencer frenos de compra y emitir una llamada a la acción. La utilizamos para cerrar las ventas.
Una propuesta de venta puede crear distintos tipos de miedo:
Primero uso: Entender la oferta como un arte
Consiste en integrar la oferta dentro del discurso, como un elemento argumental. Aquí, le decimos al posible comprador lo que queremos a cambio de todo lo que le hemos asegurado con la promesa y el logro.
Segundo uso: Llamar a la acción
Se trata de decirle al receptor del mensaje qué esperamos que haga y que sea algo sencillo. Ej.: que nos indique su mail, su teléfono, que llame a un determinado número, etc.
Si incluimos el factor tiempo mejoramos la llamada a la acción “hazlo ahora”.
La llamada a la acción resulta más efectiva cuando es compuesta. Se combina una exhortación a actuar, una forma de respuesta y un elemento argumental (el beneficio principal, la promesa o la oferta).
Tercer uso: Del miedo al nihil obstat
Cuando nuestros miedos producen inhibición en situaciones comerciales, reciben el nombre de frenos de compra.
Algunos de los miedos son:
- 1. Los respaldos: pertenencia a un grupo empresarial conocido. Proceden de la relación del anunciante con organizaciones. Inspiran confianza.
- 2. Los avales: también pueden inspirar confianza como los respaldos, pero estos además aportan credibilidad. Proceden de distinciones, certificaciones y títulos que ha recibido.
- 3. Las justificaciones: sirven para aclarar al receptor del mensaje aspectos de la oferta que pueden producir desconfianza.
Algunos miedos están presentes en cada receptor del mensaje comercial y se activan o no en función de variables como:
- Su carácter
- Su momento personal
- Las circunstancias sociales
- La cualidades del persuasor
- El fin último de este: los miedos se vuelven más activos cuanto más próximos estamos a realizar una compra. De su grado de influencia dependerá si se consigue o no realizar la venta.
Los miedos no son los únicos causantes posibles para que un mensaje fracase. Actúan a la vez, una serie de factores inhibidores que muchas veces no tienen nada que ver con el miedo y que se expresan a través de objeciones, estas son:
a. falta de tiempo para responder al mensaje: facilidad y rapidez del modo de respuesta deben ser evidentes, claras, explícitas y, sobre todo reales.
b. falta de tiempo para utilizar el producto o servicio: debe haber sido resuelto antes con argumentos propios de otras palancas.
Las dos últimas se tratan con la palanca de oportunidad. Su primera función es conseguir que el receptor del mensaje sienta que no hay nada que le frene para r responder, para ellos, sus frenos de compra han de ser desactivados previamente.
La palanca de oportunidad en su versión nihil obstat finaliza la operación con una técnica de resumen que puede aplicarse de dos maneras.
- La primera consiste en asociar dos elementos: el precio en su versión más suave y el beneficio principal u otro beneficio relevante.
Versión más suave del precio. Ej.: por menos de lo que cuesta una barra de pan al día, o decir el coste mensual en lugar del total. Se trata de asociar un precio asequible a una satisfacción, mejora o utilidad importante.
- La segunda manera se trata de indicar, cuando el producto o servicio lo permite, al ahorro que significará su uso o consumo.
Sirve para gratificar al consumidor. Es un regalo disponible para el usuario de forma gratuita, independientemente de que realice o no la compra del servicio o producto. Le premia únicamente por haber atendido al anuncio. Que no haya beneficio inmediato para el anunciante por parte del usuario (que no realice la compra), no quiere decir que no pueda haberlo en el futuro.
La recompensa puede generar mejoras en la opinión que tienen los consumidores sobre ese producto o servicio. Aunque esas mejoras no sean de efecto inmediato, a la larga influyen para que alcance mayor éxito.
Para recompensar al usuario no es suficiente con hacer un regalo, sino que tiene que gustarle, para ello debemos conocer a nuestro público objetivo. Después de haber estudiado el perfil de los destinatarios del mensaje, podremos elegir entre una gran variedad de recursos para realizar el “regalo”. Algunos de estos recursos son:
- Relevante: debe parecerles interesante, para conseguirlo hay que saber qué y cuánto saben sobre lo que se va a informar antes hacerlo.
- Fehaciente: la información ha de ser contrastada y verificada.
- Clara: lenguaje sencillo.
- Suficiente: el contenido debe desarrollar por lo menos una idea completa o un relato.
- No parecer interesada: la información debe ser un contenido independiente al discurso comercial, aunque puede estar relacionado con lo que se vende. Ej.: si venden zapatillas de running, que el discurso sea sobre las ventajas que tiene correr 3 veces por semana.